Beneficios terapéuticos de la terapia  de juego de arena  sandplay

El reino de la imaginación es un lugar mágico en donde se da una danza constante entre el consciente y el inconsciente. Es donde los niños juegan y en donde nacen espontánea y creativamente los dramas que dan vida a los grandes héroes y heroínas y es también el lugar habitado por los sueños, los cuales son recordados para sacarnos del sendero equivocado. Es en este espacio transicional, en donde existe todo lo que dificulta el desarrollo, pero es de igual modo, en donde se encuentra  todo lo que puede ayudar a sanar las heridas, a recobrar el balance, a transformar las relaciones internas y a dirigir el trayecto de vida, único y personal para cada ser humano.

 Los terapeutas de juego de arena-sandplay sabemos, que la transformación hacia la totalidad solo puede darse a través de la experiencia dentro del reino simbólico. Acceder a este reino simbólico es relativamente fácil cuando los terapeutas trabajamos con niños, ya que éstos no han perdido la habilidad para jugar. Sin embargo, no es así con los adultos. La terapia de juego de arena-sandplay proporciona el vehículo adecuado para acceder y reexperimentar las relaciones y los eventos históricos atemorizantes o traumáticos, mientras proporciona un medio seguro y menos amenazante, dentro del cual puede darse la recuperación.

 El poder de sandplay surge del interior de la personalidad y es una manera de crear orden a partir del caos interno y externo. Es un medio que permite descubrir tanto de sí mismo, como del mundo que rodea a la persona,  facilitándole el establecimiento de una relación entre ambos, ya que en el proceso creativo completo, la realidad interna y externa se fusionan, formando una nueva entidad. Sandplay permite también, un acceso personal al significado profundo de la existencia y a una nueva conexión con la humanidad y con lo divino, la cual se puede dar a medida que la persona transita dentro del mundo arquetípico y a través de las diferentes etapas de la vida.

Al hablar de sandplay, Carl Jung plantea que normalmente la fantasía no se equivoca, ya que es sumamente profunda y se halla íntimamente entrelazada con el aspecto fundamental de los instintos humanos y animales. La producción material de una imagen en la caja de arena, obliga a una consideración detenida de la misma, en todas sus partes, de modo que su eficacia puede desarrollarse por completo. Así, en los dominios de lo fantaseado, penetra un elemento de realidad con lo cual esa fantasía aumenta de peso, es decir, de eficiencia, mientras que de esa misma imagen elaborada pueden surgir nuevas influencias, que quizá en esos momentos pueden ser difíciles de describir, pero a las cuales se les da una oportunidad de empezar a mostrarse.

 Es así como la terapia de juego de arena-sandplay puede ofrecer una combinación única de seguridad y contención, a través del uso de metáforas y del simbolismo personal, ya que facilita una expresión directa con el uso de imágenes, más que con la utilización de palabras, además basta que el cliente haya observado que en algunas ocasiones se ha liberado de una situación anímica miserable, creando una imagen simbólica, para que acuda a este recurso en cuanto sienta que lo necesita.

La terapia de juego de arena-sandplay es una forma de activar la fantasía, a través de un medio manual y utiliza lo que Jung llamó pensamiento fantasioso, el cual es simbólico, metafórico e imaginativo y está formado de imágenes, emociones e intuiciones. Por lo tanto, a partir de que el niño o el adulto siente que una imagen concreta, creada por él, es apropiada,  puede surgir de manera espontánea un dialogo continuo con su mundo interno y si utiliza dicho lenguaje simbólico, tiene la opción de llegar hasta las partes mas profundas de su psique, facilitando así la sanación psíquica.

 El trabajo terapéutico integra el juego y la arena con la elección e inclusión de la mayor variedad posible de miniaturas, como por ejemplo gente, animales, construcciones, puentes, vehículos, muebles, comida, plantas, rocas, conchas, colecciones de objetos simbólicos, étnicos y religiosos de todo el mundo, los cuales facilitan y representan la conexión de la psique con el inconsciente colectivo. El proceso de tocar la arena, agregar agua, crear ciertos escenarios, modificarlos, cambiarlos, etc., favorece el surgimiento de las dos necesidades inseparables de la terapia: sanación y transformación.

Para que el trabajo del cliente sea más efectivo, es indispensable la presencia de un terapeuta empático que pueda favorecer la libertad y proporcionar la protección necesaria, para que tanto el niño como el adulto se sientan animados a contactar y experimentar con su ser interior, el cual con frecuencia, es desconocido por ellos mismos. Para que sientan que pueden hacerlo de una manera segura y en un espacio libre de todo juicio.

El terapeuta como testigo, es una parte esencial del método, por lo que muestra en todo momento una actitud de aprecio y de aceptación incondicional libre de juicios acerca de lo que el cliente realiza. Así, es necesario que el terapeuta observe el juego y se mantenga en sintonía con el cliente, pero sin ser intrusivo. Esto no significa que se mantenga distante o que no responda cuando así sea indicado, sino que esté consciente de que el énfasis está en el seguimiento del cliente y no en querer imponer una estructura o guiar su juego, sino en permitir que sea la psique del niño o del adulto quien lo guíe.

 El rol del terapeuta, como un silencioso testigo-participante, genera una interacción radicalmente diferente a la de aquellos que acostumbran trabajar de manera verbal y directa. Al trabajar con la imagen que surge y que es plasmada por el cliente, se establece una triangulación que sustituye la díada tradicional. Sin embargo, el factor decisivo en cuanto a la acción del terapeuta,  está determinado por su orientación y formación profesional, su bagaje personal y las herramientas que trae al juego de arena en su utilización como una terapia no verbal.

 La esencia de este modelo de psicoterapia no es solo la observación del proceso, sino sentir el nivel interno en el que se da la resonancia de las imágenes que surgen. Desde la perspectiva de Jung, imagen y significado son sinónimos. Por lo tanto, cuando la imágen toma forma, el significado se transmite y no se requiere de mayor interpretación. Es por ello que, durante el proceso del trabajo con la arena, el terapeuta de sandplay sigue la dirección del niño o del adulto pero no interpreta, aún cuando su rol se mantiene activo. 

Los terapeutas de juego de arena sabemos que el uso de la fantasía en el juego de los niños facilita el proceso de individuación y promueve la destreza del mundo adulto. Por lo tanto, es el redescubrimiento del poder interno del niño en cada persona, es lo que ha hecho que se le dé especial atención a la terapia de juego de arena-sandplay y a otras experiencias terapéuticas y, basándose en la necesidad y el deseo que tiene todo ser humano de jugar y de liberar su creatividad, sus sentimientos internos, percepciones y memorias, se las utiliza para traer al mundo externo, esa realidad interna.

El trabajo en la bandeja con arena facilita el experimentar la totalidad, dado que es sanador y sanar está definido, en este contexto, como la manifestación del Yo y el abandono, en parte del ego. El proceso sanador de la terapia de juego de arena-sandplay,  produce un viaje psíquico hacia el reino interno de lo desconocido, en el que el cliente confronta y contiene sus conflictos y su propio caos y encuentra un aspecto transpersonal, profundo y numinoso, llamado el self.

La terapia con arena le permite al niño o adulto crear un mundo que proporciona un testimonio concreto de sus pensamientos y sentimientos internos, el cual puede ser tocado, experimentado, cambiado, discutido y fotografiado, para poderlo trabajar ampliamente y regresar a él siempre que sea necesario. Además, con frecuencia la gente necesita externalizar y objetivizar ciertas experiencias o traumas personales, antes de que éstos puedan ser trabajados y resueltos.

Los símbolos de los objetos y materiales utilizados durante este proceso, pueden servir como un lenguaje común que facilite la expresión y la comprensión, ya que con frecuencia, no solo los niños no tienen la capacidad de articular o nombrar lo que les sucede, sino que no es de extrañar que los adultos no encuentren las palabras que puedan expresar sus sentimientos y vivencias, por lo que la terapia de juego de arena-sandplay, puede proporcionarles el medio adecuado para hacerlo. Dado que la arena y el agua tocan la conciencia prenatal, perinatal y preverbal, las habilidades del lenguaje no son necesarias  para entender la expresión de la psique, ya que ésta se expresa de manera simbólica. 

La terapia con arena permite suavizar las defensas y disminuir la resistencia del niño o adulto, abriendo temas que han sido escondidos u obstruidos por mucho tiempo y permitiendo la expresión de deseos, aun los más íntimos.

 A través de esta forma de trabajo, el paciente crea un puente entre el inconsciente con el consciente, el mundo interno con el externo, lo mental y espiritual con lo físico y lo no verbal con lo verbal, dándose este mismo proceso también de forma reversiva, dado que, el sirve como un catalizador para el cambio interno. Al respecto, Jung (1989) expresa su convicción del gran valor que tiene, desde el punto de vista terapéutico, el hacer conscientes las imágenes que se hallan detrás de las emociones y, a partir de su propia experiencia, comenta: “a medida que lograba traducir mis emociones en imágenes, es decir, hallar aquellas imágenes que se ocultaban tras las emociones, sentía tranquilidad interna”.

Mientras el paciente construye con la arena, está cambiando constantemente su propio mundo, destruyendo el anterior y creando uno nuevo. Al crear y destruir, crear y destruir, el paciente puede exponer y percibir dicho mundo y, al ser él, el constructor, tiene la posibilidad de moverse del sentimiento de ser la víctima de sus propias experiencias, al de ser el director y creador de nuevas vivencias. Dado que los pacientes están activa y conscientemente involucrados en su proceso sanador, pueden superar sus sentimientos de incapacidad e inferioridad. 

La purificación cuerpo-mente, que en su primera etapa le permite al paciente llevar a cabo una limpieza o descarga interna. A pesar de que la primera bandeja de arena con la que el paciente trabaja, generalmente es autobiográfica y el trabajo es hecho en su mayor parte de manera conciente y planeado, no por ello dejan de surgir algunas sorpresas expresadas en el conjunto de imágenes que provienen del inconsciente, pudiéndose observar que, a medida que este proceso continúa, la bandeja expresa cada vez más el contenido del mismo, facilitando el surgimiento de historias relacionadas con gente, lugares y situaciones ya hace tiempo olvidados, lo cual, independientemente de que sea placentero o doloroso, conlleva a una purificación de la unidad alma-cuerpo.

Comentarios recientes

04.04 | 21:36

Hola, no hay formación online? Gracias.

30.11 | 06:08

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Soy Mora y estoy interesada en tu página web.

Me gustaría explicarte que tu negocio puede aparecer en cientos de periódicos digitales cada mes como noticia de forma totalmente garantizada y

22.11 | 15:02

Buenas tardes, me gustaría saber si esta formación la realizarán próximamente en versión online, me encuentro interesada. Cordialmente.

26.10 | 21:09

Hola Paola, seguramente que si. Te doy mi correo: joaquinblix@hotmail.es
Un abrazo.

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